lunes, 5 de julio de 2010

Encuentro Académico con... La Equidad de Género

A propósito de la celebración el Día Internacional de la Mujer, este ENCUENTRO es muy bueno para hablar de la equidad de género, apoyada con las ideas manejadas por mi amigo Rafael Mungarrieta en su Tesis doctoral.
El género constituye el referente cultural a partir del cual se define, evalúa, posiciona y ordena a la mujer y al varón. Las diferencias entre ellos han sido marcadas crudamente, desde el inicio de la vida en sus diferentes ámbitos: social, económico y político. Las historias acerca de las luchas femeninas, han llegado hasta la pantalla grande con casos como: “En tierra de hombres”, muy cruda en su contenido y muy propia de la época que relata el caso de Lois Jenson, por allá por los 70, cuando entró a trabajar en una mina que había permitido el empleo para las mujeres. Los abusos sexuales de sus compañeros aunados a la rebeldía de esta mujer, llevó a un juicio, que fue el eje dinamizador de esta película muchos años después (2006).
En tiempos pasados, los derechos de la mujer estaban suprimidos: no podía ser escuchada, no opinaba y ni siquiera podía elegir su papel en la familia o en la sociedad, ella estaba hecha para cuidar de la casa, mientras que el hombre se dedicaba al trabajo. Durante muchas generaciones, este marco de supremacía masculina estuvo presente, y en algunos lugares del planeta aún se conservan tradiciones y acciones que colocan en total minusvalía a la mujer.
Muy a pesar del deseo de muchas féminas (entre las cuales me incluyo), esta forma de vida ha sido propagada a través de diferentes generaciones; sin embargo, poco a poco las mujeres han demostrado tener suficiente capacidad de actuar en la vida social y económica, su inserción en la política, y sus aciertos en la ciencia y tecnología. Quién no recuerda a Marie Curie, con sus grandes aportes sobre la radiactividad. Golda Meir, en la política. Asimismo a Benazhir Bhutto, quien entregó su vida por sus ideales de libertad y equidad.
La equidad de género es la capacidad de ser equilibrado, justo y correcto en el trato de mujeres y hombres según sus necesidades. Cuando hay equidad puede ofrecerse acceso a los recursos a mujeres y hombres de manera correcta.
La historia de Venezuela en esta lucha de género ha tenido sus bemoles. Desde aquel 5 de mayo de 1945, cuando se otorga a las mujeres el derecho al voto en la elección de los Consejos Municipales, se muestra una decisión hombruna, ya que desde 1944, el manifiesto firmado por más de 11 mil mujeres, exigía ejercer el sufragio en igualdad de condiciones que los hombres. Nombres como el de Ana Julia Rojas, Lucila Palacios, Elisa Elvira Zuloaga, Cecilia Pimentel, Ada Pérez Guevara, Antonia Palacios, entre otras, dejaron entrever su desacuerdo con la exclusividad masculina. Eran otros tiempos, hoy más que nunca podemos hablar del poder del género. Sin mujeres no hay vida, están siempre allí, no pueden ignorarse, no te lo permiten.
La tendencia separatista entre los sexos marca pautas de conducta, que tanto hombres como mujeres aprenden, expresan y sobre todo, reflejan en su comportamiento dentro de un determinado contexto, muy acentuado en la familia, siendo allí donde se establece y se dilatan con toda fuerza las diferencias de género.
La perspectiva que marca la equidad como un derecho humano, lleva a promover la igualdad para mujeres y hombres. No obstante, deben superarse ciertas cotidianidades que sugiere Mungarrieta:
a) la interrupción que con frecuencia sufren las mujeres por parte de los hombres cuando éstas quieren hablar.
b) las personas que escuchan parecen poner más atención a los hablantes hombres, aún cuando las mujeres utilicen estilos análogos y destaquen puntos similares.
c) las mujeres participan de manera menos activa en la conversación, observando y escuchando más de manera pasiva.
d) El reforzamiento de la asertividad social por parte de algunas personas significativas, evidenciando la aceptación de las diferencias de género.
Nos queda como representantes incontrovertibles del género femenino, transformar los arquetipos acerca del rol que deben desempeñar tanto las mujeres como los hombres, para alcanzar una verdadera equidad, que no puede estar solamente cimentada en la promulgación de una Ley.
Dra. Rosa Indriago

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