viernes, 30 de marzo de 2012

¡UN ENCUENTRO ACADÉMICO…….REPARTIENDO CULPAS

Dra. Rosa Indriago

Cuando reflexionamos sobre la realidad del país y de la Universidad, tal parece que estamos en el mundo del Teatro de Ionesco, donde lo común es lo absurdo y lo sensato se escurre de cada escena, mientras la tragedia se cuela para ser la protagonista.
La verdad que para aguantar esta situación, la gente debe coserse un vestido de piel de caimán, pues con esas aristas y por naturaleza, ya inspiran cautela.
La mayor insensatez es cuando aquellos que tienen la responsabilidad de gerenciar, dirigir una institución o de garantizar un servicio, miran al infinito y largan un despectivo esputo sin el menor atisbo de vergüenza y, con una máscara común le dicen al ciudadano que”…la culpa es tuya…. La mala calidad del servicio eléctrico es porque consumes en exceso; el delincuente te ataca porque sales a la calle ostentando. Las normas,la ley y los reglamentos existen, porque nosotros las hacemos…a nuestra medida y conveniencia”.
Esta irracional actuación, logra a través de procesos de despersonalización, insaciablemente anticartesianos, desmontar las verdaderas estructuras del estado, pisoteando las leyes, para cometer las acciones más absurdas, transfiriendo su ineficacia y su abuso a otros para hacerles sentir culpables.
En cada información que se genera, lo que se propone no es sólo “el sin sentido” con la sempiterna prórroga del sentido, sino que se oculta la realidad amarga que subyace en la idea de justicia, seguridad y paz que por derecho nos asiste a todos los ciudadanos.
El escenario descrito se observa tanto en el entorno nacional como en el más inmediato, y en algunos entornos universitarios, que no escapan a este confuso tablado, allí la aprobación de reglamentos, el desafuero y la idea de permanencia perenne, se desliza como congrio que aprovecha las corrientes marinas para moverse sin barreras, sin importar a quien se lleva por delante.
Hoy más que nunca la voz y la actuación de los ciudadanos y de los universitarios, debe ocupar los espacios de reclamo (aún cuando quieran penalizarlo), accionando para ponerle freno a esta desbandada de autoritarismo, displicencia y abuso que encuentra su excusa en “…la culpa es tuya”.
Es necesario reemplazar con mensajes y acciones la difundida creencia de que una sola persona es capaz de gobernar el país o de dirigir una institución, y empezar a repartir las culpas, así superaremos los ideologismos que nos separan, y podremos apoyarnos en los miedos y las injusticias que nos unen, para poder darle un verdadero sentido de equidad justicia y paz a nuestro país… a nuestra universidad.
Quizás al repartir las culpas, nos quedará “hambre de justicia”, (pueden leerlo en la próxima entrega). En Semana Santa, cuídense, el país nos necesita a todos.

1 comentario:

  1. Me parece muy acertado este artículo de la Dra. Rosa Indriago, en el que desnuda las intenciones de quienes presumen llevar el nombre de "autoridades" de una forma personalista, atendiendo a intereses desviados de las altas responsabilidades para las cuales fueron elegidas. Estas artimañas de las que se valen para hacer de su gestión un "menú a la carta", como lo son: el cambiar un reglamento a imagen y semejanza de "algunos" o "algunas" , es decir, con nombre y apellido, sin tomar en cuenta la experiencia y conocimientos construidos; desconocer la autonomía de cátedra; realizar autonombramientos y designaciones "a dedo"; proferir descalificaciones "ad-hominen" y otros desmanes, nos prefiguran el desmoronamiento moral y académico al cual nos quieren llevar en la Face.
    Dra. María Auxiliadora Castillo.
    Profesora Titular

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