jueves, 27 de enero de 2011

Encuentro Académico con….EL DIÁLOGO

“No hay diálogo sin esperanza”
P. Freire

En cualquier actividad humana la comunicación está presente, provocando un determinado impacto. Con la comunicación podemos aspirar a inducir un cambio en aquellas personas con quienes nos comunicamos. Es imposible no comunicar. Siempre estamos comunicando, con lo que hacemos, o lo que dejamos de hacer, con lo que decimos o lo que dejamos de decir. En la comunicación encontramos un continuo entre ignorar la comunicación y escuchar empáticamente. En la comunicación, el tono de voz, los gestos y el contexto son parte esencial del mensaje.
Cuando queremos cambiar nuestra relación con otros, buscamos mejorar la comunicación para poder identificar lo que nos separa y lo que nos une, limar asperezas, corregir agravios y encontrar caminos comunes. Así para mejorar los resultados de los procesos comunicacionales, existe una herramienta fundamental: el diálogo.
El diálogo implica escuchar a los demás, aún cuando nuestra interpretación difiera de lo que escuchamos. El diálogo es un proceso comunicacional y en cada etapa están presentes barreras que interfieren, perturban o modifican los mensajes. Existen muchas fuerzas que se oponen al diálogo, entre ellas las rutinas defensivas, los intentos de manipular y los conflictos.
Las rutinas defensivas incluyen frases y posturas que utilizamos para protegernos de lo que percibimos como amenazas. Por ejemplo, mientras la otra persona habla, mentalmente estamos preparando nuestra respuesta, y en ciertos momentos no le prestamos atención a lo que dice, y lo que respondemos puede no estar asociado al tema que estamos tratando. En ciertas circunstancias las respuestas van hacia la descalificación o el ataque del otro para no dejarlo plantear sus pensamientos.
Los intentos de manipular una situación buscan obtener un beneficio a expensas de los otros, escondiendo los verdaderos motivos y fines de una determinada acción.
Los conflictos son otros elementos que frenan el diálogo, surgen de las diferencias en la visión o en la forma de concretarlas. El conflicto no es necesariamente negativo. Si logramos manejarlo en forma creativa podemos encontrar nuevos enfoques o nuevas soluciones y entonces será parte esencial del diálogo.
Diálogo y discusión son posibilidades de comunicar.
El diálogo busca trascender la perspectiva individual, ayuda a ver la naturaleza del pensamiento y adoptar posturas menos reactivas y más creativas.
En la discusión buscamos ganar, convencer al otro de nuestro argumento. Aceptamos el punto de vista del otro siempre que apoye el nuestro, y es allí donde se deja de lado la coherencia y la verdad.
Bohm (2001) señala que para que pueda darse el diálogo, deben cumplirse ciertas condiciones:
i) La suspensión de nuestros supuestos e interpretaciones, que implica reconocerlos, en nosotros y en los demás, no desecharlos ni reprimirlos. Ser conscientes de ellos y de la perspectiva que generan.
ii) Que los participantes se vean como colegas; lo cual requiere establecer un clima que permita descubrir lo que tenemos en común más allá de las diferencias de opinión.
iii) La presencia de un árbitro que mantenga el diálogo en el contexto. Este debe estar entrenado como tal y reconocido por ambas partes, así puede ayudar a las personas a ser parte del proceso y de los resultados, mantiene el diálogo enfocado y controla las desviaciones hacia la discusión si ésta no es necesaria.
El diálogo es un proceso exigente. Otros medios son más sencillos de manejar: el monólogo, la discusión o la clase magistral.
El diálogo requiere un enfoque igualitario, participativo y objetivo. Pretende generar y mantener una interacción constructiva y por naturaleza se opone al egoísmo y al abuso, para construir un espacio de respeto y buena voluntad en pro de los objetivos comunes.
La pregunta esencial en este momento es si podemos generar las condiciones adecuadas para un diálogo en nuestra sociedad.
Independientemente de nuestra orientación, creo que Venezuela podría ganar mucho si efectivamente pudiéramos lograr dialogar; sin embargo, la mayoría de las señales que percibimos indican que esta tarea se vuelve cuesta arriba en tanto no creemos en las buenas intenciones del otro y aquel no cree en las nuestras.
Ya lo sugiere David Bohm cuando afirma que para que haya diálogo es necesario juntar los pensamientos creando un significado que fluye y evoluciona continuamente, llevándonos a niveles más profundos de entendimiento. Cuando esto ocurre fluidamente, se crea un nuevo tipo de mente y de aprendizaje que aumenta nuestra Inteligencia colectiva.
En este momento, y a pesar de disponer como nunca antes de nuevos medios y formas para comunicarnos, como lo sugiere Bohm, seguimos siendo incapaces de escucharnos entre si e incluso, los intentos por lograrlo derivan en frustración, incomprensión, agresividad y violencia. Sin embargo, la construcción de los caminos para el diálogo tal vez requiera un trabajo continuado de todos los que estamos interesados en un nuevo mañana.


Dra. Rosa Indriago

3 comentarios:

  1. Excelente,un buen aprendizaje

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  2. Palabras de la Profesora Rosa Indriago; donde la realidad de estas palabras, nos recompensaran o reclamaran.
    Estamos en tiempos de convertir a todas las Universidades de Venezuela, en unas de las mejores del mundo.

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  3. Seguimos en la Lucha . Dialogo es lo que queremos .

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