miércoles, 5 de enero de 2011

Encuentro Académico con: Esperanzas y Resultados

Llegando a final de año es tiempo que habitualmente dedicamos a reflexionar un poco sobre lo pasado y prepararnos para el futuro. Los últimos 11 años no hemos tenido una navidad en paz. En cada una, desde 1999 hemos tenido algún tema de atención, fuera de las hallacas y los regalos, impuesto por el gobierno.
En cuanto a lo pasado debo destacar mi constante interés de informar y comunicar, abriendo este blog y las luchas que se han dado en defensa de la autonomía y el presupuesto. Hoy para los Universitarios es celebración, hemos ganado la primera batalla con la No aprobación de la Ley de Educación Universitaria , sin embargo la lucha se avizora más dura , le demostramos al poder que nuestros Valores Universitarios y el juramento que hicimos de defenderla están intactos, unidos junto al País seguiremos dando la batalla en el futuro. Nuestra osadía no le gusta; hay que seguir haciendo estrategias y estar alerta, vendrán nuevas acciones, nos seguirán acechando inventaran cualquier manera de hacerlo, en un gobierno acostumbrado a la violación de nuestros derechos, que no escucha al pueblo y, se cree dueño de la verdad siempre buscara la forma, pero le decimos no se equivoqué los Universitarios estamos Unidos en la defensa de la “Casa que Vence la Sombra”. Celebremos hoy nuestra Navidad, Fin de Año y Reyes, dándole gracias a Dios y a los venezolanos que cambiaron la Navidad por la Libertad, pero seguimos en pie de lucha.
No hay que olvidar que la vida nos va llevando de una a otra experiencia, a través de caminos que no anticipamos. Y así, por algún fenómeno psicológico, si la experiencia es agradable buscamos la oportunidad de repetirla, en caso contrario si no lo es, entonces evitamos hasta recordarlas.
Esas conductas, repetidas una y otra vez van configurando nuestra forma de reaccionar ante los estímulos externos. Esta es la base de la guerra psicológica. No hay entrenamiento con armas, sino con imágenes mentales construidas mediante propaganda. Allí no hace falta atacar a muchas personas, sólo que crean que es posible ser muerto o preso o atacado, para inhibir cualquier acción no deseada. La amenaza suele ser suficiente para la mayoría de las personas, sin embargo, siempre habrá algunos que no se someten fácilmente y se enfrentan al poder. Para ellos también hay una dosis de fuerza, por cualquier vía, simulando legalidad.
Nelson Mandela fue etiquetado desde el mismo momento que decidió enfrentarse al régimen del Apartheid en Sudáfrica y estuvo en la cárcel por 27 años, aún con eso, no se impidió que su lucha continuara por otros medios y que finalmente el régimen de derrumbara en 1994.
En ese entorno de opresión, real o imaginaria, da lo mismo, siendo la respuesta natural la omisión de cualquier intención de rebelión, generando lo que Oropeza denomina “sumisión política”. Quizás lo malo no es que ésto suceda, sino que muchos que en su momento atacaron esos mecanismos, hoy los avalan, con sus acciones o con su silencio. Y mientras tanto con necesidades básicas no cubiertas, muchos mantienen la esperanza aún cuando los resultados sean pequeños o no se vean.
Así hoy cuando finaliza otro año, muy por encima de la euforia, no debemos olvidar que una de las estrategias básicas de la guerra es buscar desconcertar al enemigo. Sun Tzu nos cuenta que “cuando los adversarios se sienten inseguros, su inteligencia no les sirve para nada”. El Arte de la Guerra es uno de esos libros que tal vez debemos incluir en nuestra biblioteca de referencias y revisar de vez en cuando para buscar entender las estrategias. Señala en otro segmento la necesidad de probar al enemigo para encontrar sus puntos débiles y, después, atacarlo por esos flancos.
En estos últimos tiempos hemos demostrado hasta la saciedad que nuestra debilidad es la falta de compromiso. El individualismo, el afán de destacar entre los demás e incluso nuestro hedonismo. Quizás gastamos mucha mas energía peleando entre nosotros que luchando contra el enemigo. Y así cuando vienen las vacaciones las luchas se desplazan a un segundo plano. No obstante, si pensamos que todo lo que vale la pena en la vida nos cuesta algún esfuerzo, es necesario reconsiderar cuanto estamos dispuestos a dar cada uno de nosotros para que finalmente podamos lograr lo que queremos.
A lo largo de la historia, las imposiciones han sido muy eficientes para dominar a los pueblos. A veces por largo tiempo. Algunos países tuvieron largas dictaduras que cayeron con estrépito, sin muchas perdidas humanas y en poco tiempo mostraron que el pueblo no quería lo que tenía, y a pesar de ello, lo soportó.
El ejemplo más clásico es la caída de Hitler en Alemania. El día anterior nadie habría podido decir que eso ocurriría, porque la maquinaria de propaganda mantenía una ilusión de poder. Y al día siguiente, nadie salió a las calles a resguardar a Hitler. En la Revolución de los Claveles murieron solo cuatro personas, y en menos de dos años, Portugal llegó a la democracia.
Por eso como reflexión de fin de año quiero tomar las palabras de Eli Wiesel (Premio Nóbel de la Paz en 1984): “Siempre debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al torturador nunca al torturado”
Amigos, que estos tiempos de Navidad, Año Nuevo y Reyes, sirvan para que cada uno de nosotros fijemos el espacio y el tiempo para iniciar la labor que nos llevará a recuperar y defender nuestro país.
Su amiga de siempre
Rosa Indriago
Seguiremos Reflexionando.

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